El frío ya está llamando a la puerta… Bueno, más que llamar, se cuela por cualquier rendija que encuentra. Empieza la época de los calcetines gordos, las tardes de manta y peli en el sofá… y esa factura de la luz que te hace temblar más que el propio frío. Pero tranqui, no necesitas acostarte con el abrigo puesto para ahorrar.
Aquí van unos pasos para que tu bolsillo no se congele:
Paso 1: caza a los vampiros eléctricos. El calentador que siempre está encendido, el microondas en standby o esa regleta que nunca apagas… todos chupan energía sin que te des cuenta. De hecho, pueden llegar a representar entre un 7 y un 10 % de tu factura eléctrica mensual. Apágalos cuando no los uses, lo notarás en tu bolsillo.
Paso 2: usa el calor con cabeza. Cada grado extra en la calefacción sube la factura. Antes de lanzarte y ponerla a tope, prueba a usar cortinas para aislar, poner burletes en puertas y ventanas para que el calor no se escape o programar la calefacción para que funcione solo cuando la necesites.
Paso 3: ilumina sin pasarte (porque a veces menos es más). Anochece antes, sí, pero no hace falta que tu casa parezca Las Vegas. Cámbiate a bombillas LED, aprovecha la luz natural y, por qué no, enciende velas: estratégicamente colocadas te ayudarán a ahorrar y, de paso, a dar algo de ambiente a tu casa.
Paso 4: deja que OIIO te eche una mano. Solo inicia sesión o regístrate tanto en la app como en la web app (no necesitas más que tu factura de la luz, el DNI y unos minutos de tu vida que no estabas usando). OIIO analiza tu historial de consumo, ajusta tu potencia contratada, encuentra la mejor tarifa para ti y hasta gestiona el cambio de comercializadora si hace falta.
El frío no tiene por qué congelar tu cuenta bancaria. Con un poco de planificación, con sentido común y con OIIO de tu lado, puedes mantener tu casa caliente y tu factura bajo control.