El mundo seguía girando y el tiempo pasaba, pero nosotros nos sentíamos atrapados en la oscuridad. Ese 28 de abril, todo se apagó como si alguien hubiese desenchufado la Península. ¿El caos? Total. ¿Las explicaciones? A medias.
Volvió la luz, pero lo que nadie nos contó es que ese encendido tan esperado –que ni Vigo podría igualar– venía con truco: un coste oculto que se ha colado en nuestras vidas (y en nuestras facturas) como quien no quiere la cosa.
¿Qué está pasando con la factura de la luz?
Mientras se investiga qué causó el apagón, la política se tensa, el malestar social se nota y las cifras han empezado a hablar. Y no nos encanta lo que dicen.
Aunque en mayo el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista fue uno de los más bajos de la historia, la factura para los hogares con tarifa regulada (PVPC) subió un 11 % respecto a abril. Sí, lo has leído bien: la luz bajó, pero la factura subió. ¿El motivo? Entró en escena un nuevo jugador: el recargo antiapagón, el RECARGO ANTIAPAGÓN.
¿Qué es ese recargo y cómo se traduce en tu factura de la luz?
Después del apagón, Red Eléctrica activó un plan de refuerzo. Básicamente, se pusieron en marcha sistemas de respaldo para asegurar que, si vuelve a fallar algo, no nos pille con el móvil sin batería y nada más que pasta en la despensa. Más seguridad, pero también más gasto. Y como el sistema eléctrico funciona en plan comunidad de vecinos, si hay que cambiar el ascensor (o encender una central), lo pagamos entre todos.
Aunque el precio de la energía baje, tu factura es una ensalada muchos ingredientes y condimentos: peajes, cargos, impuestos… y ahora también los famosos recargos o servicios de ajuste. Estos servicios son como los parches de última hora, se activan cuando la electricidad producida no coincide con la que realmente se necesita. Son necesarios para mantener el sistema estable y evitar apagones... pero tienen un precio. Y en mayo, el coste de estos servicios se disparó un 44,5 %.
El subidón se reparte, sobre todo, entre quienes tienen tarifa regulada. Así que, si notas que pagas más sin haber puesto una lavadora extra, ya sabes por qué. En cambio, si tu tarifa es fija, aún no lo verás, pero cuando toque renovar contrato… ¡sorpresa! Ahí las comercializadoras actualizarán los precios para adaptarse a los nuevos costes del sistema.
¿Cuánto durará este recargo?
Buena pregunta. Mala respuesta: no se sabe.
Todo está en revisión. Las autoridades buscan cómo aliviar el golpe, pero con el calor apretando y el consumo subiendo, es bastante probable que este recargo siga durante unos meses más.
Lo llames como lo llames —ajuste, suplemento, recargo— desde OIIO creemos que lo importante es que entiendas por qué estás pagando más. Por eso te lo contamos así: claro, con datos y sin tecnicismos. Porque la luz puede volver, pero la transparencia no debería irse nunca.
¡Ah! Una última cosa: en este mar de incertezas, solo con OIIO -disponible tanto en Android como en iOS- tendrás la seguridad de no estar pagando de más. Nunca.