Irse de vacaciones es sinónimo de descanso y desconexión, pero la electricidad no entiende de tumbonas ni de días libres. Y, seamos sinceros, cuando no eres tú quien paga la factura de la luz, ¿quién se acuerda del consumo? Lo que parece inofensivo durante unos días puede convertirse en un marrón cuando aparece el dichoso recibo.
Imagina la escena: llegas al alojamiento turístico que has alquilado para esos días de relax. ¿Qué es lo primero que haces? Sí, tiras la maleta y, antes de mirar si tienes vistas al mar o al descampado, ya estás rastreando los enchufes. En un momento lo tienes todo conectado: móvil, auriculares, tableta, portátil, cámara, plancha del pelo. El salón pasa de ser un espacio de relax a un centro de carga improvisado.
Y eso no es todo. El aire acondicionado al máximo para que refresque rapidito, las luces encendidas constantemente (aunque salgas a dar un paseo), la tele de fondo para ambientar y la regleta llena de cables y pilotos encendidos. Todo muy práctico, sí, pero, mientras tanto, el contador eléctrico sigue girando sin descanso.
Lo que pasa en vacaciones no se queda en vacaciones: la factura llega como recordatorio de que la energía no es infinita (ni barata). Para el dueño puede ser un gasto inesperado y, en casos extremos, hasta generar malos rollos si hay que poner límites o recargos.
La buena noticia es que hay formas fáciles de evitarlo y ahorrar. Poner sensores o temporizadores para que las luces se apaguen solas, usar termostatos que mantengan la temperatura sin convertir el salón en la Antártida, elegir programas eco en los electrodomésticos o hacer el esfuerzo (sí, cuesta) de desenchufar cargadores que no se usan. Los huéspedes siguen igual de cómodos y los propietarios respiran tranquilos.
Aunque, siendo sinceros, el gran truco está en la tarifa. Porque de poco sirve portarse bien si el contrato eléctrico no está optimizado. Aquí entra OIIO: subes tu factura, comparas y en un minuto sabes si estás pagando de más.
Al final no se trata de cortar el rollo vacacional ni de poner normas raras; solo de planificar un poquito mejor y tener la tarifa adecuada. Con OIIO -disponible tanto en Android como en iOS-, los propietarios controlan gastos y los huéspedes disfrutan sin pensar en nada más que en descansar.